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viernes, 17 de diciembre de 2010

Foro de la mundialización: Micro-Utopias. La variedad de las crisis y sus soluciones - Murcia

Conferencia:
La variedad de las crisis y sus soluciones
François Hourtard



"El capitalismo no estallará por sí solo, hemos de preparar su desmantelamiento"

Todo el mundo habla de la crisis. Y casi siempre referida al ámbito económico. En su conferencia, François Hourtard, nos ilustró con sencillez sobre que esta, que llamamos crisis a secas, como si fuese otra de las crisis cíclicas clásicas, es en realidad el resultado de la convergencia de diversas crisis que el capitalismo ha generado desde su propia esencia, desde sus propios fundamentos. La crisis financiera y sus repercusiones económicas, la crisis alimentaria, climática, el escandaloso gasto armamentístico y el ritmo creciente de las desigualdades sociales son intrísecos a los mecanismos capitalistas. No es una crisis más, es la suma de estas y algunas más lo que ha generado la más profunda e insostenible respecto a todas las anteriores.  Después nos habló de las diferentes "soluciones" barajadas y de su ineficiencia a medio y largo plazo para terminar exponiendo los criterios que debe seguir una verdadera alternativa. El filósofo y coordinador del ciclo, Francisco Jarauta, le presentó.



Y Alteridad le hizo esta breve entrevista:

Alteridad.- ¿Cree que el actual conjunto de crisis, al no ser una crisis cíclica habitual sino estructural, terminará por hacer estallar el capitalismo?

François Hourtard.- No lo creo. Es posible que crisis como la ambiental, que está haciendo decrecer la tasa de ganancia por sus efectos, sean afontadas con mayor determinación por el capital pero no podemos pensar que el capitalismo va a caer por sí mismo. Hemos de preparar su desmantelamiento.

A.- ¿Sigue vigente la filosofía surgida en Porto Alegre de que otro mundo es posible y que luego  fue hecha suya por el movimiento antiglobalización, ahora que éste parece haber perdido fuelle?

F. H.- Sí, absolutamente. Y ha evolucionado positivamente comprendiendo la necesidad de la acción política en todos los ámbitos.

A.- Se ha afirmado, hacíendo alusión al título para este año del ciclo, "Micro-Utopías", algo así como que,ya que no podemos pensar en una solución global e inmediata al conjunto de crisis, conviene ahora centrarse en las Micro-Utopías posibles. ¿Está de acuerdo?

F. H.-Son maneras de ir acumulando experiencias y fuerzas pero también insuficientes. Es primordial la otra parte, la convergencia de las acciones políticas.


jueves, 9 de septiembre de 2010

Entrevista a la poeta Carmen Moreno

Entrevista a Carmen Moreno

             Carmen Moreno





Alteridad.– Acabas de publicar CUANDO DIOS SE EQUIVOCA, un poemario del que tú misma dices que “Los poemas rozan o caen de lleno en un nihilismo delirante en el que el yo poético se debate para ser o abandonarse para siempre". ¿Puedes desarrollarnos esa idea?

CARMEN MORENO.–  Creo que los poetas tenemos la mala costumbre de usar palabras demasiado complejas. En este libro se respira cierto regusto de que la nada es lo único cierto. El yo poético no siempre coincide con el yo que escribe, por suerte, porque en este libro el yo poético habla desde un mundo que no nos es ajeno a ninguno, pero por del que  no nos gusta hablar: la locura.


A.– Si no calculamos mal, este es tu séptimo poemario, ¿cómo ha sido la línea evolutiva de tu poética?

C. M.–  Mi poesía primera era mucho más social que la de ahora. Ha habido una evolución hacia el ser humano como ser individual en detrimento del sentimiento grupal que tenemos. Ahora, además, creo que mi  poesía es más sencilla. La madurez me ha ido desnudando de lo inútil.
A.–  Has impulsado y participado en multitud de proyectos ¿puedes enumerar los principales y hacer un balance de tan dilatada trayectoria?

C. M.–  Creo que del que más orgullosa me siento es del “Encuentro de Jóvenes Creadores” que celebramos en Cádiz, con la colaboración de la UCA y de la Junta de Andalucía, allá por 2006.  Piensa que hablamos de una ciudad pequeña, con una tasa de empleo que sigue siendo la más alta de Europa. Creo que mi ciudad está metida en un círculo vicioso del que es complicado salir: importa más el empleo que la cultura, pero sin cultura es complicado conseguir empleo… A aquel encuentro acudieron: Javier Vela, Miriam Reyes, Óscar Sipán, Elena Medel, entre otros.

A.– ¿ Tienes nuevos proyectos en preparación?

C. M.– Siempre estoy proyectando cosas, es cuestión de no saber estar quieta. Ahora no vivo en Cádiz, sino en Madrid y estoy aprendiendo muchas cosas. Sigo queriendo aprender y Madrid es una ciudad que te permite estar creciendo continuamente.
A.– Eres una persona con variados registros: escritora, periodista, crítica, poeta… multicreadora, en suma. ¿Qué es y qué supone para ti cualquier acto creativo?

C. M.– La creación es mi modo de respirar. Cuando era jefa de administración de la empresa en la que trabajaba, me encargaba de la contabilidad y siempre la enfocaba como un acto creador. Además, los trabajadores que tenía a mi cargo eran fuente de inspiración de muchas cosas. Necesito crear para vivir. 


A.– Sabemos que también andas metida en la preparación de una antología de la poesía lésbica, además de la que ya realizaste este mismo año sobre César Vallejo, ¿cómo la llevas?


C. M.–  Sigo trabajando en ella. Es complicado que las mujeres den un paso adelante y digan: soy lesbiana. No es un reproche porque en este mundo en el que muchos dicen que ya somos iguales, las mujeres aún tenemos que demostrar siempre más. Además, admitir… La Iglesia reconoció que teníamos alma en el S.XVI, en algunas partes del mundo ser homosexual está penado con la muerte, ¿cómo decir en voz alta que eres lesbiana? No es que no haya ya nombres, y nombres de mucha calidad. Ahora, estoy planteando cómo enfocarla, pero saldrá y dará mucho de qué hablar.

Carmen Moreno es asmática, filóloga y poeta, tres enfermedades que no tienen cura.

miércoles, 18 de agosto de 2010

ENTREVISTA A JAVIER OCAÑA GALLEGO (J. SEAFREE)

Puntos cardinales II
 J. Seafree, es poeta y poeta visual, esclavo de sus pasiones, admira el arte, venera la música; pseudónimo de Javier Ocaña Gallego, pretende ser solamente un hombre libre, en zapatos y en zapatillas.



ENTREVISTA A JAVIER OCAÑA GALLEGO 
(J. SEAFREE)

Alteridad.– Tenemos entendido que últimamente andas imbuido en la edición de “DOS POEMAS Y UN CAFÉ”, ¿qué pretendes con este proyecto?

Javier Ocaña Gallego (J. Seafree).–  Sí, se trata de un sencillo trabajo editorial: DOS POEMAS Y UN CAFÉ es un díptico de comunicación y de creación fundamentalmente poético. En realidad, los antecedentes están en diversos dípticos que publiqué durante el año 2004; en aquéllos aparecían solamente versos y visuales propios. Ahora, digamos que pretendo una humilde tarea editorial, al dar a conocer creaciones de otros autores. Se distribuyen por correo postal, un medio muy “natural” años atrás. Desde hace varios años, siempre me inquietó la idea de elaborar un díptico para la poesía, y en este año finalmente me decidí a poner manos a la obra.
A.– ¿Cuándo y cómo empezaste con la poesía visual?

J. O. G.–  Mis primeros trabajos en la poesía visual son del año 1991. Las primeras composiciones partían de poemas discursivos acompañados de  una creación plástica, mezclándose versos e imágenes, alternándose, confundiéndose, fluyendo unos y otros. A mí, entonces, me gustaba denominarlos  poemas ilustrados. Pronto fuí conociendo exposiciones, autores, la historia de la experimentación en nuestro país y en otros lugares, y el interés por seguir en ese campo se acrecentó intensamente. Aquel mismo año, me invitaron a formar parte de un grupo de artistas en Madrid, la asociación cultural LA TERTULIA DE MADRID, y preparamos y realizamos una primera exposición colectiva. Supuso un primer paso de cara a la divulgación de aquello que uno realizaba, como la poesía y otros escritos, en soledad. Aquel grupo lo formaban algunos pintores, músicos y un servidor se ocupaba de los temas literarios.
A.–  Has impulsado y participado en multitud de proyectos ¿puedes enumerar los principales y hacer un balance de tan dilatada trayectoria?

J. O. G.–  En principio, me quedaría con dos: la aventura de las ediciones “Alabastro”, entre los años 1993 y 1998; el grupo comenzó con otro nombre, pero lo que publicábamos se llamaba así. En medio de aquella singladura, unificamos el nombre del grupo con la publicación. Comenzamos editando trípticos que en seguida se convirtieron en cuadernos. Siempre la poesía como protagonista. Las páginas de los versos iban acompañados de dibujos; también había colaboraciones de poemas visuales y pequeños artículos; presentábamos los números en veladas con bastante asistencia de público, la mayoría de las ocasiones en el conocido CAFÉ MANUELA, de Madrid; hicimos también algunas acciones poéticas, una exposición colectiva en 1996 y asistimos en dos años a los encuentros de editores independientes de Punta Umbría; Yolanda Pérez Herreras  -editora después de EXPERIMENTA-, poeta, poeta visual y performer, y el magnífico dibujante Ribota, formaban ALABASTRO conmigo durante los últimos años. El grupo tuvo diversas formaciones y entraron y salieron otros compañeros y compañeras. Yolanda y yo estuvimos desde el principio hasta el final.
Otra aventura interesante para mí fue la edición de LA NUEVA POESÍA ELÉCTRICA; la idea original fue de un joven con mucho talento y excelente verbo: TONY MALAGRIDA; el primer número de aquella revista (del año 1992) lo coeditamos entre él, CARLOS VALLE DE LOBOS y yo. Eran páginas con bastante intención crítica hacia muchos aspectos, contenidos surrealistas y dadaístas principalmente. Los otros tres números de la publicación (en años sucesivos) los edité en solitario. Los contenidos respiraban ese aliento subversivo, renovador, colaboraron varios autores (poetas y dibujantes sobre todo) aunque la idea original se matizó, perdió la clarividencia y la pasión del primer número, hacia una edición algo más cuidada, interesante en algunos contenidos, pero la aventura tuvo su final en el número 4 de 1995.
Ha habido otros asuntos, ediciones, exposiciones, colaboraciones,… pero esos dos citados son de alguna manera, primordiales en la ilusión y el aprendizaje que supusieron aquellos años. Fueron además, años importantes, sobre todo por la comunicación con muchos autores de tantas geografías, tendencias, campos de actividad y creación, y el intercambio de trabajos, ediciones, etc.

A.– ¿ Tienes nuevos proyectos en preparación?

J. O. G.–   Al margen de seguir mes a mes con DOS POEMAS Y UN CAFÉ; disfruto escribiendo en algunas webs de poesía visual, de creación poética, literaria. Y hay en “la maleta” un buen puñado de páginas de poemas que pudieran ser más de 1 y 2 libros, inéditos todavía. Quién sabe. En otro sentido, la ocupación por gestionar actividades y proyectos colectivos como ocurría en la década de los noventa, digamos que ahora no forma parte de mis prioridades. Seguir investigando, leyendo, descubriendo, y claro, el faro de la creación poética no se apaga nunca.
A.– Eres una persona con muchos registros: escritor, juguetón con el lenguaje poético, crítico, artesano, poeta… multicreador, en suma. ¿Qué es y qué supone para ti cualquier acto creativo?

J. O. G.–  Bueno, no estoy del todo de acuerdo con ese planteamiento de “muchos registros”: en realidad, todo tiene su raíz en la escritura, esencialmente, en la poesía; los trabajos experimentales (poesía visual, poemas objeto, lecturacciones, acciones poéticas,…), los artículos sobre arte, artistas, exposiciones, sobre libros, poetas, etc., todo tiene su origen en la escritura: ésta sería el uniforme o traje principal y el resto son complementos, más o menos, extensos, apasionantes, diversos.
El acto creativo: es una forma de trabajo liberador, responde a la necesidad de expresar, al anhelo de manifestar emociones, ideas, dudas. Independientemente del contexto en el que se desarrolle (disciplina escogida, límites temporales y espaciales, herramientas opcionales  -página, internet, exposición, edición, obra plástica, público, etc. - ) siempre he tenido la sensación de que aquello que realizo parte de dos premisas principales: el estudio y la comunicación, en otra época lo describía como la lucha y el abrazo; de un lado, la reflexión, la crítica, las posibilidades y alternativas, de otro, la necesidad de compartir para ofrecer y para escuchar y aprender. En definitivo, el acto creativo quiere ser casi siempre un gesto en búsqueda de la libertad. Uno escribe para sentirse bien, para ser libre, para ser feliz.
A.– Sabemos que también andas metido en la creación de poemas-objeto. ¿Cuáles son los que te rondan por la cabeza ahora? ¿Qué tienen de particular este tipo de creaciones?

J. O. G.–  Ciertamente la tarea de los objetos poéticos o poemas-objeto responde a un impulso añadido en las fases del propio desarrollo creativo, del aprendizaje  -que acabo de nombrar-, del conocimiento, porque éste es uno de los principales sentidos en la vida.  Llevar a cabo poemas-objetos es un paso más en ese caminar libre, en esa búsqueda de nuevas sendas. Lo cierto es que esta faceta tiene un impedimento importante:  el espacio. Las tres dimensiones determinan la posibilidad o no de desarrollar una intensa labor o no en este campo. La variedad de registros, opciones en este terreno es múltiple. De hecho, si se trabaja mucho puede uno llegar a no saber qué distancia hay entre el origen  -la escritura, el poema-  y el resultado final. Pero también es un campo liberador, como explicaba en la cuestión anterior. En definitiva, un poema-objeto debe guardar siempre el mensaje poético, desde el mecanismo que sea, o con los perfiles, códigos o matices posibles, porque si no es así, se trataría solamente de un objeto, es decir, de una escultura, y esto ya sería otra faceta o territorio plástico. De todos modos, el objeto más apreciado, probablemente, para un poeta, suele ser uno de sus propios libros, por todo lo que hay a “sus espaldas”. Un libro de fotografías de los poemas-objetos: ¿qué es? ¿un libro de poemas? ¿un objeto singular? ¿un libro de fotografías? o ¿un objeto poético en papel?.

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viernes, 9 de julio de 2010

Entrevista a Chris Stewart de Eduardo Cruz

Entrevista de Eduardo Cruz a Chris Stewart

Entrevista a Chris Stewart, autor de “Entre limones” y “El loro en el limonero”, donde vuelve  contarnos una más de sus aventuras. En esta ocasión nos presenta “Tres maneras de volcar un barco”, un libro donde narra su experiencia como patrón de barco cuando no sabía distinguir entre babor y estribor.

Contar ovejas no sirve para nada – menos saber cuantas ovejas hay – lo tengo probado. Y la manera en que uno duerme en un barco en alta mar es algo muy especial… la emoción mecedora…

Recuerdo que alguien nos propuso la idea de realizar la entrevista en un barco… Recuerdo que a ambos nos pareció una magnífica idea… Recuerdo que no había presupuesto y que tuvimos que optar por una pequeña barca a motor… Recuerdo que Chris manejaba el timón mientras yo preparaba la grabadora y el bloc de notas… Recuerdo que nuestra conversación transcurrió entre la originalidad de mis preguntas y la brillantez de sus respuestas… Recuerdo que ambos acordamos compartir el importe económico del Pulitzer… Recuerdo aquella gigantesca roca a babor… Recuerdo que la Cruz Roja nos trató con exquisita amabilidad… Recuerdo que, delante de la Guardia Civil, sólo podíamos articular la frase “¡patera no, patera no!”…

Recuerdo que ambos convenimos en que lo más seguro sería repetir la entrevista vía correo electrónico…
Esta es, pues, mi conversación con Chris Stewart, autor de “Tres maneras de volcar un barco”, que ya son cuatro:
Eduardo Cruz Acillona.-¿Es cierto que usted vive en las Alpujarras porque la Ley de Costas española le ha impuesto una orden de alejamiento del mar de cincuenta kilómetros?
Chris Stewart.- Más bien cincuenta kilómetros y cuatrocientos metros de altura… No, es una ley autoimpuesta; es que temo mucho la atracción del mar y estoy fácilmente seducido. Al ver la belleza del mar y el progreso tan digno y bello de algún que otro velero, no me quedaría más remedio que apuntarme de nuevo a navegar… y allí yace el desastre. Estoy tan contento en las montañas y no quiero putear una situación tan feliz y agradable. A mi mujer le encantan la jardinería y las plantas, y no se quedaría satisfecha del todo con la pequeña maceta de albahaca en la baranda de popa de un barco… y, como sabrás, si tu mujer está feliz todo saldrá bien.

E. C. A.- Trabajó como esquilador de ovejas y como patrón de barco. Para dormir, ¿cuenta ovejas u olas?
C S.- Contar ovejas no sirve para nada – menos saber cuantas ovejas hay – lo tengo probado. Y la manera en que uno duerme en un barco en alta mar es algo muy especial… la emoción mecedora, el sonido de las olas lamiendo el barco, el fabuloso sentido que estás dormido pero llegando a algún sitio (como viajar en tren de noche, pero más agradable). Me encanta dormir, es una de mis pasatiempos preferidos.

E. C. A.- Usted es un bon vivant / un epicúreo / un niño con cuerpo de adulto (táchese lo que no proceda)
C S.- Ay, cómo me encantan los buenos vinos, la buena comida y la buena compañía… con esos tienes la vida llena. Buena salud, algún que otro viaje interesante, una vista preciosa desde la casa… todas estas cosas también juegan su papel. El niño con cuerpo de adulto… hmm, bueno hay que admitir que no soy la persona más madura del mundo… pero me apaño.
E. C. A.- Tras leer “Tres maneras de volcar un barco” tengo la sospecha de que usted es un personaje de Tom Sharpe ¿Tiene pruebas que lo desmientan?
C S.- En absoluto. Eres muy amable. Me gusta mucho la obra de Tom Sharpe; es un genio del género cómico pero con dientes para morder donde sea necesario. Me alegro mucho que tú pienses que yo podría ser un personaje en sus libros. Y, si es verdad, lo consigo arriesgándome, siempre pisando el camino menos transitado, tomando la decisión menos convencional… y, si es verdad que no he conseguido nada realmente útil en esta vida, por lo menos he tenido una vida bastante llena, y además he conseguido entretener a la gente… y, como sabes, a la gente hay que entretenerla.
E. C. A.- ¿Qué le hizo cambiar el velero por el Valero?
C S.- Bueno… estas dos cosas, las montañas y el mar, siempre han sido dos pasiones fuertes conmigo. No se puede tener todo en esta vida; hay que elegir. Y, al fin y al cabo, la elección que hice me ha servido de puta madre.
E. C. A.- ¿Y cómo consiguió que su compañera Ana le siguiera al Valero y no en el velero?
C S.- Supongo que la gusté… después de todo ya llevamos treinta y cinco años juntos. Es mucho… y difícil de creer que dos personas – ni mucho menos una chica y un tío – serían capaces de convivir felizmente durante tantos años. Me parece que los dos elementos que más destacan son el buen sexo y un buen sentido de humor compartido.
E. C. A.- ¿Podemos enmarcar su novela entre el sosiego de “Tres hombres en una barca” de Jerome K. Jerome y la lucha contra las adversidades de “El viejo y el mar” de Ernest Hemingway?
C S.- Elegimos el título, como te puedes imaginar, como reflejo de Three Men in a Boat, una obra que se ha metido profundamente en el corazón de todos los ingleses. Estaría encantado de pensar que mis humildes esfuerzos te han puesto en mente de J.K. Jerome. El Viejo y el Mar es más profundo, trata más de la noche oscura del alma. Aunque enfrente dificultades, mi manera de tratarlas es mucho más ligera, tiene mucho menos enjundia que Hemingway.
E. C. A.- Estuvo en la Feria del Libro de Madrid firmando ejemplares ¿Cómo fue su relación con los lectores? ¿Convenció a alguno para dar un paseo en barca por el estanque?
C S.- Me encanta esto de conocer al público… es una vida triste y solitaria, ésta de sentarse solito en su oscura choza pensando en cosas para escribir. Y luego te sales al aire libre y allí estás charlando con tus propios lectores… es lo que hace que todo vale la pena. Tengo mucha suerte: mi público no viene con ganas de putearme, pero más bien de sacar unas fotos con el viejo verde aprovechándose para abrazar alguna que otra joven belleza… un deleite. Y no, por supuesto, nadie tiene ganas de navegar conmigo, ni de la más mínima manera!

E. C. A.- Seguro que ya está trabajando en la próxima entrega de sus memorias ¿Con qué Chris Stewart nos encontraremos en esta ocasión?
C S.- El mismo tío… no conozco otro, y no soy capaz de inventarlo. Y como consecuencia, por supuesto todo es cierto, menos las imperfecciones de una memoria cada vez más excéntrica.
E. C. A.- Hemos terminado la entrevista y no le he preguntado por sus inicios como batería en la mítica banda de rock Génesis ¿Le molesta, le sorprende o lo agradece?
C S.- No me molesta un bledo; estoy acostumbrado ya, y por supuesto me ha servido muy bien. A lo mejor me siento un poco desilusionado que la cosa más interesante de mí es lo que hice cuando tuve nada más que quince años. Pero no importa.
C S.- E. C. A.- Pues muchas gracias por su amabilidad y por lo divertido de sus respuestas, Chris.
Un placer, Eduardo… Y muchas gracias a ti por las preguntas tan divertidas.



Eduardo Cruz Acillona es periodista. Lee cinco periódicos al día. No por estar bien informado, sino porque no se fía ni de la solución de los sudokus. Ha publicado dos libros de monólogos de humor: "Más claro, agua" (Ed. Lulú, 2007) y "Mejorando lo presente" (Ed. Bubok, 2008). Algunos de sus relatos también están publicados en antologías y revistas literarias. Diariamente actualiza su blog  Más claro, agua y colabora en la web literaria Más que palabras.

miércoles, 7 de julio de 2010

NO SEAS BUENO, SÉ FELIZ. Entrevista de Carmen Moreno al cantautor Kico Gómez

NO SEAS BUENO, SÉ FELIZ
Entrevista de Carmen Moreno al cantautor Kico Gómez

Por Carmen Moreno
Fotografías de Zoe Riudavets

En el panorama musical actual surgen a menudo propuestas interesantes que se mueven al margen de las grandes discográficas, de los macroconciertos o las cifras millonarias. Los músicos nuevos están trabajando a diario, recorriendo el territorio nacional por muy poco dinero y mucho talento.


            
     El disco de Kico Gómez, “No seas bueno, sé feliz” llega con la fuerza de la fe y las ganas de mostrar una nueva manera de componer, de estar sobre el escenario y compartir el tiempo con los que le siguen. Las canciones del cd son una muestra de lo que la fusión puede lograr si se le añade una base lírica que es incuestionable. Un disco en el que no sólo la música estremece, sino que las letras vuelven a tomar la importancia que siempre tuvieron.

Carmen Moreno.- ¿No está pasado ya de moda aquello de “soy cantautor”?
Kico Gómez.- Posiblemente lo que esté es viciado el concepto que se tiene al usar la palabra cantautor. Porque en un tiempo y en una situación tuvo muchas connotaciones sociales y políticas. Pero por definición objetiva cantautor es aquel que escribe e interpreta sus canciones.
C. M.- Este disco es más popero que el anterior y tiene más fusión ¿le interesa investigar o prefiere conservar aquello que ya ha conseguido?
K. G.- Cada disco es un resumen de lo que uno va creciendo. Simplemente soy de la opinión de que para llegar a este, tuvo que existir el anterior. Y este a su vez será el preludio del próximo. Es simplemente saber crecer con las canciones. Y sí, eso tiene una parte de investigación que me apasiona.
C. M.- ¿Qué cree que es lo mejor de Kico Gómez? ¿Y del disco?
K. G.- Lo mejor de “Kico Gómez” quizá es la sinceridad de mi trabajo. Es decir, cada concierto puede ser una montaña rusa y extremadamente distintos unos de otros porque soy bastante visceral y eso en un escenario es un arma de doble filo.
Del disco tengo la impresión que lo mejor son las canciones en sí. Pueden formar parte de la banda sonora de cualquiera, sin prejuicios de estilos, sin miras más allá de hacer sentir.
C. M.- “No seas bueno, sé feliz”, es un nombre poco comercial, ¿no cree?
K. G.- O todo lo contrario. Es un título que no deja indiferente a nadie y a lo mejor esa  es la parte “comercial” de este disco. Usar una frase para los que cada uno puedan tener una opinión.

C. M.- Hay dos canciones en su disco que me gustan especialmente: “Cruce de cables”, una balada increíble, y “Ni fulana, ni Mengana”, una canción más rockera. En ambas la imagen de la mujer es imprescindible, en ambas se habla de la pérdida de ella, ¿está muy acostumbrado usted a perder?
K. G.- No es una cuestión de una pérdida personal. Para saborear las victorias se debe saber encajar las derrotas. En ese proceso esas dos canciones son momentos de inflexión, momentos de darle la vuelta a la tortilla y coger las riendas de tu vida. Especialmente en el tema de “Ni fulana ni mengana”. En cambio, en “Cruce de cables” al tratar una enfermedad como el alzheimer los matices son distintos.
C. M.- Algunos han dicho que se parece usted componiendo a Ricardo Arjona, ¿se cree deudor de él o no es tan cierto? (Objetivamente, yo no le encuentro demasiados parecidos).
K. G.- Como decía Fernando Delgadillos “Todos somos influenciables”. Es cierto que he escuchado mucho a Arjona, pero también escucho a Miguel Poveda y no por eso hago copla. Se tiende generalmente a buscar un referente cuando nos describimos, a mi personalmente si me comparan con Ricardo Arjona no me ofende, es motivo de orgullo porque Arjona es un compositor y un intérprete sensacional. Pero seguramente a él en su momento lo compararían con uno anterior, hoy es el referente para otros, y estos otros a su vez, serán referente para los que vengan detrás. La música son vasos comunicantes, por lo tanto estamos expuestos a comparaciones, pero no por eso son ofensivas.
C. M.- ¿Conciertos o estudio?
K. G.- El estudio es un laboratorio, un hervidero. Pero prefiero el directo por que es la mejor manera de compartir mirando a la cara de la gente, comprobando sus reacciones en las canciones. Eso es fantástico
C. M.- ¿Composición o actuación?
K. G.- En cambio en esta pregunta prefiero composición. Me parece la parte más bonita de mi trabajo, el hecho de retorcer melodías y palabras, crear una amalgama en tu cabeza que cobre vida en forma de canción me resulta mágico.
C. M.- ¿Cuál es la salud de la canción de autor?
K. G.- Como decía Benedetti “No te salves, no te quedes al borde del camino”. Pienso que esa es la salud. Caminar, seguir creciendo, investigar. Si se cree que con el “sello” cantautor está todo hecho mal iríamos. Por eso creo que hay muchos cantautores, y músicos en general que están experimentando, que están creciendo y eso me hace sentir que la salud de la canción de autor está resurgiendo nuevamente.
C. M.- ¿Cuáles son las dificultades que encuentra un músico que no tiene una multinacional detrás?
K. G.- Principalmente la difusión. Se hace muy difícil hacer llegar las canciones. Y es cierto que hoy por hoy internet ha abierto mucho las posibilidades. Pero una multinacional puede hacer que tus canciones corran por muchos canales, y que tu nombre sea reconocido. Por lo demás no envidio en especial a las multinacionales, trabajar como trabajo me hace dueño y señor de mis decisiones, correctas o incorrectas, pero mías.
C. M.- Sé que le han hecho una gran propuesta. ¿Piensa bajarse del escenario?
K. G.- De momento no. Entre otras cosas porque componer para otros, que imagino será la propuesta a la que te refieres, me parece fantástico pero desde el hecho de componer a la publicación misma de las canciones puede pasar mil cosas. Esa es una puerta más que se ha abierto y estoy encantado con la idea. Pero no deja de ser una oportunidad más. Se trabajará para aprovecharla..
C. M.- ¿Qué se va a encontrar la gente que compre el cd o vaya a sus conciertos?
K. G.- En el disco once canciones llenas de historias y con un sonido lleno de energía para que cada vez que lo escuches encuentren algo más y acabe formando parte de su banda sonora. Canciones que un día acabaran sorprendiéndose tarareándolas. En los directos, encontraran esa energía pero con la sensibilidad y la magia que proporciona el cantar a unos metros del que escucha.



Carmen Moreno es asmática, filóloga y poeta, tres enfermedades que no tienen cura.
Zoe Riudavets es fotógrafa.

sábado, 13 de marzo de 2010

Entrevista al poeta Ferran Fernández



Ferran Fernández (Barcelona, 1956) es periodista, diseñador gráfico y profesor de Periodismo en la Universidad de Málaga, ciudad en la que reside desde 1998.
Ha sido director de Los Libros de la Frontera, editora de la colección de poesía El Bardo, y desde noviembre de 2009 es responsable de la editorial Luces de Gálibo.
Ha publicado cuatro libros de poemas: Lógica sentimental (1997), Sufrir en público (2007), Xeografía nocturna (2007, en gallego) y Peligro de vida (2008). 
Asimismo, ha realizado numerosas exposiciones y publicado varias plaquetas de poesía visual. 


Alteridad.– Con la edición simultánea de tres libros de poesía has puesto en marcha la editorial Luces de Gálibo. ¿Qué pretendes con este proyecto?

Ferran Fernández.–  Bueno, en realidad han sido cinco los libros que han salido a la vez y que han supuesto la aparición en las librerías de Luces de Gálibo. Efectivamente, de la colección de poesía han sido tres, pero la editorial no se va a limitar a publicar únicamente poesía, aunque ésta tenga una gran presencia en el catálogo, ya que de la docena de libros que tenemos previsto publicar al año ocho serán poemarios. Dicho esto, a nivel personal, me gustaría dedicarme algún día, de forma exclusiva, al mundo editorial y poder vivir —modestamente, no pido más— de esa actividad. El gobierno está dispuesto a echarme un cable atrasando la edad de jubilación...
A.– ¿Qué nuevos títulos tienes en preparación?

F. F.– Están en imprenta tres nuevos títulos de poesía: Homenaje a Chester Kallman, del chileno Cristián Gómez Olivares; Tablas de carnicero, de la riojana Nuria Ruiz de Viñaspre, y El espanto, modo de empleo, del malagueño Sergio R. Franco. Son tres poemarios muy diferentes entre sí, como ya ocurrió con los tres inaugurales, todos de un gran nivel, en mi opinión. En mayo saldrá la compilación que yo mismo estoy preparando sobre poesía y prostitución, que he titulado Puta poesía, y en la que participan unos 80 poetas, incluidos algunos latinoamericanos, y cuyos beneficios irán a parar al colectivo Hetaira, de Madrid, que lucha por los derechos de las y los trabajadores del sexo, tan estigmatizados. En septiembre, espero tener lista la primera edición bilingüe de la colección, un libro del gran revolucionario Victor Serge, muerto en 1947, que también escribió poesía.
A.– En la publicidad de la editorial que utilizas aparece el lema “algo más que una nueva colección de poesía”. ¿Qué intentas transmitir con ese lema?

F. F.– La verdad es que se trata simplemente de un reclamo, aunque creo que no engaña. Intento hacer unos libros que sean buenos y bellos en contenido y forma, no regateando en el papel y esforzándome en el diseño... Otra nota distintiva es que el uno por ciento de los beneficios de la venta de los libros lo dono a una ONG, Acción en Red, en el caso de la colección de poesía. No es mucho, ciertamente, pero si se les ocurriera hacer lo mismo a Planeta, Random House Mondadori, Santillana...
A.– La actual “Era Digital”, ¿puede aportar algo nuevo y diferente a la poesía?

F. F.– No sé si muy nuevo y diferente. Pero lo que sí facilita y mucho es la difusión. Las revistas y los blogs digitales son una poderosa herramienta para ello. Nadie que escriba algo que valga la pena se podrá quejar de que no tiene quien se lo publique. (El problema puede ser el contrario, el exceso de naderías, pero eso ya ocurre en la edición tradicional...) Confío en que el libro de papel bien hecho siga siendo valorado como algo bueno y necesario por la gente lectora de poesía.



A.– Siempre tienes proyectos nuevos. ¿Cuáles son los que te rondan por la cabeza ahora? ¿Has metido las manos en harina en alguno de ellos?

F. F.– Ahora mi cabeza sólo da vueltas en torno a los libros. Y no a lo míos, precisamente. Tengo tres o cuatro reclamándome el cierre. También me protestan los poemas visuales y los videopoemas, para que les dé cuerpo y los libere de los cuadernos de notas. Pero la tarea principal ahora es sacar adelante Luces de Gálibo, de lo contrario me veo encerrado unos cuantos años realizando un tesis doctoral para llegar a tiempo a jubilarme como profesor doctor en la Universidad.

martes, 9 de marzo de 2010

Entrevista al músico y escritor Sebastián Mondéjar

Sebastián Mondéjar es músico y escritor, entre otras cosas. Nació en Murcia el 4 de febrero de 1956. Ha publicado cuatro libros de poesía: Un camino en el aire (Editora Regional de Murcia, 1994); El jardín errante (Editora Regional de Murcia, 1999), galardonado con el XIII Premio Internacional de Poesía Antonio Oliver Belmás; Coplas de arena (Emboscal Editorial, 2002), en edición no venal manufacturada artesanalmente, y La herencia invisible (Calambur Editorial, 2008), que recibió el accésit del Primer Premio Internacional de Poesía Los Odres.
 
Alteridad.– Tenemos entendido que últimamente andas imbuido en la traducción de los sonetos de Shakespeare, ¿qué pretendes con este proyecto, habiendo ya tantas traducciones de actualidad?
Sebastián Mondéjar.–  Una cosa es lo que se pretende y otra lo que se consigue. Ni siquiera yo tengo claras mis pretensiones; pero te puedo asegurar que lo que estoy consiguiendo, lo que he conseguido en cada una de las horas que le he dedicado a los sonetos, supone ya una recompensa de un valor incalculable. Incalculable por inmaterial. Traducir a Shakespeare me ha enriquecido espiritualmente como escritor y como persona. No cambiaría ese bagaje por nada. Para mí no pasa de ser un reto, un capricho, un ejercicio personal, una forma de medir mis propias fuerzas…, llámalo como quieras; pero, sin duda, se ha convertido en una de las aventuras literarias más importantes de mi vida. Aunque en el fondo se trata simplemente de procurar cuajar con rigor y honestidad una versión más, la mía propia, de los sonetos de Shakespeare. No tengo otra ambición y nadie me paga por ello. Para mí, como te he dicho, la recompensa es otra y ya la estoy disfrutando. Si algún día la culmino y se publica y gusta realmente, lo consideraré como una propina.
A.– ¿Por qué sostienes que traducir poemas es un acto de recreación?
S. M.–  En el hecho de hablar o de escribir entran muchos factores en juego. Y el lenguaje es muy elástico. Si en un mismo idioma podemos expresar las mismas cosas de muchas maneras distintas, más claras, más oscuras, más rebuscadas, más sencillas, etcétera…, cuando se trata de traducir, de trasladar un texto de un idioma a otro, las diferencias se multiplican en todos los ámbitos del lenguaje: la gramática, la fonética, la sintaxis… El reto consiste en decir eso que se puede decir de muchas formas del mejor modo posible e intentando ser fiel al espíritu original. Esa fidelidad al espíritu no impide ser infiel a la materia. Esa traición es del todo inevitable. El resultado será siempre una materia distinta, pero lo importante es que el espíritu y el mensaje prevalezcan. José Antonio Martínez Muñoz dio en el clavo cuando dijo que la traducción de los Sonetos constituye ya un género literario en sí misma. Como bien afirmas, son muchas las traducciones que se han hecho últimamente, pero por suerte no existe una igual a otra. Yo no pretendo hacer, ni mucho menos, una versión definitiva. A Shakespeare, como a todos los grandes, hay que revisarlo y revisitarlo periódicamente. Yo, sencillamente, pretendo hacer una versión que se lea bien en español, que parezca escrita en español, procurando ser fiel tanto a la música como al espíritu del modo más literalmente posible. Todo eso, en conjunto, es lo que para mí significa recrear. Traducir sólo literalmente no es recrear. Al traducir, cambiamos, quitamos, ponemos, buscamos, descartamos, ajustamos… Eso es recreación. Y, en este caso, aún mayor, porque está hecha desde un idioma muy distinto del original. Traducir de idiomas próximos etimológicamente es más sencillo, más natural; la recreación existe, pero, por decirlo de algún modo, se da en menor medida, porque hay más elementos comunes.
A.– ¿Por qué dices que los haikús –tan de moda– son “casi la nada”?
S. M.–  Sin duda lo dije porque son la mínima expresión de lo que pasa, casi como si el poeta no estuviera allí. En Occidente le damos más importancia a lo que nos pasa que a lo que, sencillamente, pasa. No sólo utilizamos mal el silencio, sino que lo desaprovechamos. La verdad y la elocuencia no necesitan de demasiadas palabras. Por decirlo de una manera gráfica, los poetas japoneses van siempre con el freno de mano puesto, ateniéndose rigurosamente a los límites que su propia inspiración les impone. Conciben la poesía únicamente como manifestación fugaz o repentina de una exaltación íntima, por eso en la poesía japonesa no encontramos extensos poemas épicos, didácticos o dramáticos.
A.– ¿ Tienes nuevos títulos en preparación?
S. M.–  Sí, bueno…, en realidad tengo mucho material inédito reunido bajo títulos diversos: Las islas pensativas, Un1versos, Retoques de prensa, Desórdenes de carpeta… Y desde hace años tengo pendiente otro proyecto: hacer una recopilación más extensa de mis Coplas de arena.
A.– Eres una persona con muchos registros: músico, escritor, juguetón con el lenguaje periodístico, artesano, poeta… multicreador, en suma. ¿Qué es y supone para ti cualquier acto creativo?
S. M.–  Antes que nada, una liberación y una vía de conocimiento; y, a partir de ahí, una forma de compartir los sentimientos y las emociones desde nuestro yo más íntimo.
A.– Siempre tienes proyectos nuevos. ¿Cuáles son los que te rondan por la cabeza ahora? ¿Has metido las manos en harina en alguno de ellos?
S. M.–  Aparte de los proyectos literarios que ya te he comentado, tengo muchos proyectos musicales, algunos de ellos relacionados también con la poesía. Como sabes, soy músico de jazz. Ahora estoy preparando un trabajo estrictamente personal, con temas míos, y llevo en marcha diferentes proyectos compartidos, todos ellos sumamente interesantes. En este momento destacaría el trabajo que estoy desarrollando junto al guitarrista Miguel Ángel Monda y la ilustración musical de la película muda El negro que tenía el alma blanca (1926), de Benito Perojo.

Sebastián Mondéjar dice de sí mismo: no me gustan las etiquetas, y mucho menos aplicármelas a mí mismo, pero haré un ejercicio simbólico-comparativo. Una cosa es lo que somos, otra lo que nos gustaría ser y otra muy distinta cómo piensan los demás que somos; por ejemplo, si yo fuera otro tipo de animal, me gustaría ser un halcón peregrino; a los ojos de los demás podría ser un caballo; pero lo más probable es que en realidad fuera un perro.